“No es tala rasa”: Pablo Peri aclaró los alcances del proyecto forestal en la Cuenca Carbonífera.

El ingeniero forestal llevó tranquilidad a la comunidad y defendió la instalación del aserradero móvil: “Se trata de un aprovechamiento sustentable basado en investigación científica y con un impacto mínimo en los bosques”.

La reciente instalación de un aserradero móvil en la Cuenca Carbonífera generó entusiasmo por la posibilidad de nuevos puestos de trabajo, pero también despertó preocupación entre sectores ambientalistas y vecinos que temen por el destino de los bosques nativos. En ese contexto, el ingeniero forestal Pablo Peri salió a brindar precisiones y llevar tranquilidad a la comunidad. En una entrevista reciente, Peri fue enfático: “No se trata de tala rasa”, y explicó que el proyecto, lejos de implicar un desmonte indiscriminado, está basado en años de investigación científica, planificación ambiental y manejo responsable del recurso forestal.

Peri recordó que Santa Cruz tiene una larga tradición de uso forestal: “Hace más de 120 años utilizamos madera de los bosques y no hubo retroceso por eso. El retroceso de bosque que observamos proviene, principalmente, de incendios en zonas frágiles, con laderas expuestas al viento”. A su vez, destacó que desde hace años se trabaja en un inventario de superficies quemadas con el objetivo de su restauración.

Sobre el proyecto específico, el ingeniero precisó que su origen se remonta al año 2005, durante la gestión del exintendente Matías Mazú en Río Turbio. “La idea fue generar empleo genuino aprovechando un recurso natural renovable de forma sustentable”, señaló. En relación al temor por una posible sobreexplotación, Peri aclaró que el corte no será total, sino selectivo. “El bosque es heterogéneo. Hay árboles jóvenes y otros de más de 100 años. El aprovechamiento será con raleo: extraemos parte de los árboles para que otros puedan crecer mejor. No cortamos todo”, explicó.

En ese sentido, remarcó que la superficie total de bosques nativos en la Cuenca es de 111.500 hectáreas, y que el proyecto solo utilizará 3.900 hectáreas en un período de 110 años. “Estamos hablando de apenas 36 hectáreas por año, y no todas se cortan por completo. Además, hay zonas que por ley y planificación no se tocan, como las laderas de más de 25 grados o las áreas aledañas a ríos y arroyos”, sostuvo.

Peri también insistió en la necesidad de fortalecer los controles estatales: “El Consejo Agrario Provincial debe ser acompañado para mejorar su capacidad de fiscalización. Es el Estado quien debe marcar qué árboles se pueden extraer y cuáles no”.

Finalmente, destacó el potencial económico del aserradero móvil. “Se realizó un estudio de mercado y es un gran negocio. Desde lo técnico, creemos que los santacruceños podemos producir con calidad. Solo hay que hacerlo seriamente, entre el sector privado y los gobiernos”, concluyó.

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